domingo, 29 de abril de 2012


MEGATRABAJO DE INVESTIGACION

Los cambios de gobiernos representan  un arduo  trabajo de fiscalización, en el caso de las gestiones apristas (dos gobiernos de Alan García), esta labor es más intensa por todo lo que genera, pues en su primer periodo hizo una maestría usando a la economía peruana como conejillo de indias, con conocidos resultado como una inflación galopante, aislamiento internacional y un fallido experimento de estatizar la banca.

A parte de todo esto, las cuentas sobre el tren eléctrico por su forma de adjudicación, los negociados y el reparto de comisiones, agregándose la corrupción en el novedoso régimen aprista que llegaba al poder después de 60años, luego de tantas investigaciones hechas por el Poder Judicial y el Congreso, mientras que el saliente mandatario se fue del país en un exilio, espero que prescribiera las acusaciones en su contra para aprovechar de retornar a nuestro país cuando celebramos la caída del régimen fujimorista.

El 2001, un maduro Alan García retornó al Perú, para presentarse como candidato a la presidencia, esta vez su mercado política lo buscó entre los jóvenes, pues aquellos que pasamos las penurias de su primer gobierno no votaríamos por él jamás. Entre sus rivales estaban Alejandro Toledo y Lourdes Flores, al final en segunda vuelta paso junto con el líder de la chacana, pero tan arraigado era la popularidad del líder peruposibilista y el temor al ex mandatario (a pesar de todo logro un 43% del total de votantes), que se eligió al Toledo Manrique, como una esperanza de algo mejor.

Ya en su nuevo intento, siguió engatusando a los jóvenes y en segunda vuelta  compitió con un Ollanta Humala rebelde dispuesto a provocar un terremoto político, pero el temor creado por el líder nacionalista provocó un rechazo general que al final se eligió al menos malo. Ahora García Pérez encontró un mejor panorama, un buen colchón financiera, esto le permitió continuar obras de su antecesor y a su vez planear nuevos proyectos como electrificación rural, carreteras, construcción de postas médicas y el mejoramiento del sector educación y claro reiniciar las obras del tren eléctrico paralizadas desde 1990.

Pero como siempre el temor de corrupción hacía que se manchara la gestión, se presentaban denuncias a través de los medios de comunicación, el favoritismo y filtraciones a nivel de los programas sociales, aunque la imagen internacional del país crecía, pues teníamos más turistas, más inversiones, pasar sin problema la gran crisis financiera que afectó al mundo el 2008. Sin embargo el tema de la reducción pobreza seguía siendo grave pues había  una desidia por parte del gobierno y claro a ritmo de polka logro inaugurar su tren eléctrico el 26 de julio de 2010.
SU SUEÑO HECHO REALIDAD...EL TREN ELECTRICO

El renovado gobierno de Ollanta Humala, elegido por votación popular, formo casi inmediatamente una gran comisión que investigue de lo ejecutado por  el régimen saliente, pero nació con problemas pues no se tenía la logística necesaria y también las lucha internas entre los miembros de comisión por definir la comisión, la llamada mega comisión, presidida por un congresista fujimorista.  Empezó su camino investigación del los llamados colegios emblemáticos  descubriéndose gastos mas allá de los que especificaban los contratos, trabajos de maquillaje arquitectónicos y compadrazgo para otorgar las obras a los amigos del gobierno.

La ejecución de obras de agua y vivienda, también tiene visos de corrupción pues se encontró que se violaron normas básicas, pues Sedapal (Empresa de agua de Lima) transfirió 800 millones de soles al Ministerio de Vivienda para que l use en su programa “agua para todos”, durante la gestión del Ministro Garrido Lecca, acto que se ejecuto por conveniencia política. Otra perla para el collar aprista fue los nada claros préstamos del Banco de Materiales y que por desecho a los rellenos sanitarios de miles de expedientes también se  descubrió este robo al estado.
MEGATRABAJO PARA DESENMARAÑAR AL APRA


Mucho trabajo por hacer, muchos ministros que deberían pasar por el Congreso para aclarar su actuación como encargados de los sectores de educación, salud, vivienda, defensa, etc., una gran tarea para Sergio Tejada, que a primera vista no pareciera suficiente los plazos concedidos y tendría trabajo hasta el 2016 para desenmarañar los misterios del segundo gobierno aprista.

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