EL COSTO DE LA LIBERTAD
El
secuestro de los 36 trabajadores del Consorcio Camisea por parte de las huestes senderistas, nos devuelve a la
realidad que este grupo terrorista aun representa un peligro para la
tranquilidad del Perú, fueron 6 días donde 36 familias pedían una intervención
del gobierno para el rescate sano y salvo de los rehenes.
Sin
embargo esta historia tiene un inicio confuso pues tras la detención, no se
sabía la cantidad de afectados, algunos decían que eran 40, otros 30, se
especulaba que al día siguiente 23 de ellos habían sido liberados, todo esto
ante una falta de comunicación por parte de la empresa empleadora y el ejecutivo, tal como sucedió
el 2003 cuando los senderistas del
VRAE retuvieron a 71 trabajadores del
campamento Techin en Ayacucho, exigiendo cupos y otras cosas a la empresa, se
especula que se cedió al pedido de los
subversivos.
Los
llamados “remanentes” , ahora dirigidos
por los Quispe Palomino, exigían
diez millones de dólares, implementos y cupos mensuales, este
accionar se ejecuto gracias a la escasa cantidad de policías en ese sector
del Cusco que limita con Ayacucho ( a pesar de la importancia del gaseoducto),
según un representante municipal solo
hay 30 policías mal apertrechados y con falta de locales policiales para 45 mil habitantes.
La
investigaciones indican que los líderes de este sendero- los hermanos Quispe
Palomino- se han dedicado al resguardo
de drogas y gracias a eso han abierto
varios negocios, cometiendo el delito de lavado de activos, muestra de ello es
la intervención policial en Ica donde se comprobó que grifos, empresas de
transporte y flota de autos pertenecía a estos “luchadores sociales”, a pesar
que las propiedades estaban a nombre de terceros.
En
este salvamento, la primera víctima fue la capitana PNP Nancy Flores Paucar (32) que era copilota de
un helicóptero de fuerzas combinadas, cuya misión era dejar un contingente cerca de la zona de
secuestro. Al llegar al lugar desde la espesa selva la nave fue atacada por los senderistas muriendo
la oficial Flores e hiriendo dos personas más, los
especialistas en el tema opinan, que faltó un
informe de inteligencia indicando los riesgos de esa misión; por su
parte la familia de la joven policía declaraban
a la prensa que a ella no le tocaba trabajar en esa zona tan
conflictiva.
Luego
de este fatal error, el mismo Presidente de la República se puso a la cabeza del Operativo Libertad,
cercando el área donde posiblemente estaban los secuestrados y la columna
senderista, después de seis días, “se divulgó que al verse acorralados se dejo
en libertad a los secuestrados, que caminaron siete horas para llegar a la población más cercana “, considerándolo
una victoria frente al chantaje y al terrorismo.
Pero
no solo la capitana Flores cayó en esta acción, mientras se cercaba a los subversivos 10 efectivos fueron heridos
por minas antipersonales colocadas en el camino, también el saldo es de dos
suboficiales desaparecidos, ahora en palabras del mandatario Humala, se
continuara este trabajo para capturar a los insurrectos, pues tras la caída de
Artemio se demuestra que Sendero Luminoso no ha muerto.
De
hecho el tener conocimiento del lugar por donde se mueven estos rebeldes con
sus líderes, amerita elaborar un plan de inteligencia coordinado entre los
distintos estamentos, pues es importante recordar que los senderistas del VRAE
conocen cada centímetro de la selva ayacuchana, por ser oriundos y así evitar
más bajas por inexperiencia dentro de las fuerzas del orden.
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