NO
SE LO DIGAS A NADIE
El
ser sacerdote o militar tienen algo en común, la prohibición de discrepar sobre
los lineamientos de conducta, en el lado castrense eso se llama orden debida, por eso si un oficial no cumple
se le juzga y puede ser dado de baja, algo similar ocurre con los clérigos,
pues deben ceñirse a las órdenes superiores, caso contrario el Consejo
Episcopal y el arzobispo le llaman la atención.
Pero
el mismo trabajo pastoral hace que los sacerdotes vivan la realidad cotidiana,
desde aquel párroco de una zona pudiente hasta el que trabaja con los más
pobres y sea considerado un apoyo a la
comunidad, como es el caso del Padre Gastón Garatea, por opinar sobre temas
polémicos en la iglesia, se ganó por parte del Cardenal Juan Luis Cipriani, la
no renovación de sus credenciales como sacerdote secular y prohibirle ejercer
su trabajo en Lima, eso es lo que se conoce.
Al
respecto este mandato arzobispal ha despertado una corriente de apoyo donde el
pastor de la iglesia peruana se está quedando solo, si analizamos el pasado de
sancionado, la labor eclesiástica lo ha desarrollado en zonas andinas donde abunda la necesidad y
la pobreza, por eso con fundamento emite opiniones, además de eso se ha ganado
el respeto de la comunidad, siendo
miembro del profesorado de la Universidad Católica. El cuestionamiento viene
por su posición frente al celibato, también por sus posición sobre las uniones
homosexuales (no las apoya, ni las rechaza) y la controversia entre el
Arzobispado y la Pontificia, por los bienes de este centro de estudio superior.
Eso es lo más claro, que tras las evasivas intenta esconder el Cardenal Juan
Luis Cipriani, escudándose en no dar razones por el castigo al Padre
Garatea.
LA PIEDRA EN EL ZAPATO DE CIPRIANI....LA CATOLICA
Sobre
el celibato, se ha dicho bastante, hay posiciones a favor y en contra, tanto
así que existen grupos de sacerdotes casados con hijos, pero excluidos de la
iglesia, el otro día al comentar el tema con alguien me dijo: “ la doctrina
obliga al celibato, si no le gusta que se retire”, pero la realidad nos revela
a muchos sacerdotes sucumbiendo ante la tentación de la carne (caso del
Presidente de Paraguay, Fernando Lugo, con varios hijos a cuestas), otros
terminan abusando de los feligreses, frente a lo cual el Papa ha tenido
que pedir perdón, pues el refrán dice: “
Dios perdona el pecado, no el escándalo.
Para
algunos nos da la impresión que el ser más querido por la comunidad, despierta
en el Cardenal Cipriani la envidia y busca la forma de perjudicar a la otra
persona, tanto fue el apoyo y entre ellos del mismo Monseñor Bambaren, además
de varias comunidades religiosas. Desde
mi punto de vista y aunque suene mal, lo sucedido con el Padre Garatea, es
comparable a lo acontecido con Jesús y los miembros del Sanedrín, pues pese a
las prohibiciones Jesús curaba a los enfermos el sábado, se mezclaba con los
impuros, es decir hacer el bien sin mirar a quien; una verdadera vocación.
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