martes, 1 de mayo de 2012


JUVENTUD PERDIDA

Una palabra que produce temor al pronunciarse  es “Pandilla”, pues la proliferación de  estas a nivel de nuestro país ha generado una preocupación por parte de las autoridades, donde cada noche ya no se puede llegar a casa después de cierta hora, porque nos vemos expuestos a ser asaltados por estos grupos integrados por lo general por menores de edad que andan con armas de fuego, verduguillos, sin respetar la vida, logren o no quitarle a la víctima sus posesiones.

Según la Dirección Policial de Lima, nuestra capital es asolada por 235 pandillas, que están integradas por siete mil 570 menores entre 7 y 17 años, hasta un máximo de 25 años, es toda una generación donde los valores están basados en un líder, pero la forma de combatirlas son aisladas pues algunos comisarios buscan los mecanismos para disuadir a estos chicos, como campeonatos deportivos entre las pandillas que las soluciones violentas solo traen muerte y problemas ante la justicia.
MAS ASESINATOS CAUSADOS POR PANDILLAS

Es importante buscar las causas de la formación de estos grupos, podemos encontrar que la desintegración familiar es una razón fuerte pues los hogares disfuncionales, donde la madre es abandonada, también la violencia que viven pues las escenas de maltrato que se dan entre los cónyuges hacen que los niños deseen salir del seno de la familia en busca de un apoyo y eso lo encuentran en la calle y la pobreza pues un 60% de los miembros de la pandilla provienen de sectores pobres donde la  falta de empleo hace que no terminen sus estudios primarios.

Parte importante para la vida de las pandillas  es el alcohol y las drogas, que al llegar el novato debe probar si desea ser parte del grupo, agregándose a esto que se le enseña a robar para que pueda sobrevivir, durmiendo en lugares peligrosos. Las bandas están encabezadas por mayores de edad con amplio prontuario  policial, incluso con ingreso a penales explotando a cada uno de los menores, una forma de retratarla se vio en la película nacional  “Gregorio”  `producida en los años 80.

Uno de los factores que se cuenta para el incremento de las pandillas son el conflicto interno que se vivió en hace 30 años con los crímenes, coche bombas  generados por Sendero Luminoso, a estos menores que quedaron huérfanos de padres tuvieron un problema  pues crecieron con los parámetros de violencia o fueron captados por los terroristas para su desquiciada lucha.

Esto agregado a las pandillas que asolan a otras capitales de provincias como Trujillo, donde el aumento de la delincuencia y los sicarios pone en riesgo la vida de cada persona, pues luego de un gran esfuerzo hecho por la Policía y la justicia cuatro pandilleros fugaron de un centro de rehabilitación encabezados por el delincuente más joven del Perú “Gringasho” y sus compinches, hiriendo a otros internos de bandas rivales.  

Al no plantearse el estado un verdadero plan de trabajo para recuperar a estos niños y jóvenes, pues esos programas hechos aisladamente por comisarias se terminan al cambiar las jefaturas en cada distrito. Ahora se está ejecutando el Programa de Justicia Juvenil (PJJ), los organizadores indican el éxito obtenido pues se recupera a los jóvenes  dándoles educación y formación en oficios. Todo lo bueno debe ser replicado por eso un representante del Poder Judicial dijo que por un joven que participa en el PJJ se gasta 117 dólares, mientras que aquellos que están internos en algún lugar de rehabilitación se usa 417 dólares.
UN PROGRAMA SOLIDO Y BIEN HECHO PARA JOVENES

Si deseamos que el Perú, salga de estas pandillas y no llegar a niveles como México donde los índices de asesinatos y sicarios no lleven a militarizar las ciudades, organismos como los Ministerios de la Mujer, del Interior, Defensoría del Pueblo, ONGs, y ciudadanía en general, deben elaborar un plan de largo plazo que se vaya actualizando con el tiempo, pero sobre todo ir cumpliendo las metas al pie de la letra a pesar de los cambios de gobierno para ir recuperando a nuestra juventud.

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