jueves, 24 de mayo de 2012


FONDO NACIONAL DE VIVOS

El sueño de la casa propia, es lo más anhelado por un trabajador, para lo cual ahorra su dinero en un banco, mutual o ente financiero que le garantice cumplir ese deseo, y como es una obligación del estado velar por el beneficio del ciudadano también se implementa programas de vivienda, generados con los impuestos, un buen ejemplo de ello fueron las unidades vecinales en Matute, Mirones, durante el primer gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde.

Cuando el líder acciopopulista fue elegido nuevamente Presidente de la República, estaba vigente el pago asignado al Fondo Nacional de Vivienda (FONAVI) que era un descuento en la planilla del trabajador, para asegurarle a futuro su casa  en algún conjunto habitacional, construyendo las Torres de San Borja, Torres de Limatambo y otras obras en provincia, aquí se postulaba luego de cumplir requisitos correspondientes y de salir sorteado se tenía la casa propia. En algún momento  estos proyectos fueron al archivo, sin embargo se seguía descontando y  ante la falta de recursos financieros  se recurría a los fondos de vivienda para obtener el dinero necesario.
EL SUEÑO DE LA CASA PROPIA

Durante el gobierno de Alberto Fujimori, se decidió derogar este impuesto, pero quedaba algo por resolver ¿Qué sucedería con los aportes de los miles de trabajadores? ¿A dónde fue a parar tanto dinero? , el tema paso desapercibido, pues había otras cosas más importantes  como la crisis galopante heredada del primer gobierno aprista, el problema subversivo, pero  mientras duro el impuesto algunas familias  lograron obtener su casa propia, mientras otros esperaban que  por lo menos se les diera un terreno o crédito para mejorar su hogar.

A partir del 2008, un grupo de aportantes  del FONAVI, empezó a solicitar al Presidente García la devolución de su dinero, pero no eran escuchados y así se conformó la Asociación Nacional de Fonavistas del Perú (ANFP), que llamó a todos aquellos que cargaron este impuesto derogado, para lograr el sueño de la casa propia, luego de varios años olvidado el tema.

El sistema de la ANFP, funcionaba de la siguiente manera, el interesado se inscribía con diez soles y mensualmente aportaba una cuota, mientras que por su parte los responsables buscaban al abogado que los asesoraría legalmente, pero la cantidad de perjudicados era tantos que los diez soles se  por miles (o a la “n” como se diría matemáticamente”) y se acudió ante el Jurado Nacional de Elecciones para solicitar un referéndum, con las planillas respectivas, mientras que el gobernó expresaba que era imposible devolver esos aportes.
DETRAS DEL CARTEL  VARIOS MILLONES DE SOLES

Después de una larga lucha legal, se logró la aprobación del proceso, que acarrearía un gasto fuerte  al estado y la pregunta era si uno estaba o no de acuerdo con la devolución del dinero del Fonavi, por lógica se respondería que “si”, pero también aprovechando esta situación este grupo presentó una lista a la Presidencia y al Congreso, a pesar de que al ser consultado sobre sus pretensiones categóricamente decían que las firmas era solo para referéndum. Al final, gano el “si”, pero sus pretensiones políticas fue un fracaso

Ahora el actual gobierno ha conformado la Secretaria Técnica para el tema, abriendo una página web para inscribirse, pero como siempre los vivos  tratan de hacer su agosto timando a los fonavistas con el cuento que de estar inscrito en una asociación le pagaran más rápido sus beneficios. Al respecto esta comisión estatal debería ir por todos los medios y publicar folletos donde se dé claramente  los requisitos para inscribirse en este programa. Tenemos que evitar a los astutos que quieren formar el Fondo Nacional de los Vivos.




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