CRIMINALES
EN POTENCIA
Si
hablamos de “Canebo” o “Gringasho”, es hacer referencia a la delincuencia
juvenil, aquella donde el robo no es considerado delito sino una falta, pero el
Perú tiene varios de estos delincuentes organizados en pandillas que manejan no
solo cuchillos, sino también armas de fuego, donde se tiene cierto manejo
territorial sin respetar la vida humana, donde la ley es suave, haciendo que
los jóvenes entre los 12 y 17 sean el material predilecto para las bandas de
sicarios, si comparamos la actual situación con la delincuencia en tiempos de
“tatan”, este último debería ser premiad como buen ciudadano.
La
cifras son espeluznantes, por ejemplo el temido maranguita que debe albergar
360 jóvenes y adolescentes tiene 1060, haciendo colapsar una estructura de más
de 30 años de creación, donde es imposible clasificar a jóvenes reincidentes de
los primarios, al respecto el especialista Juan Rubín, indica que así como en
las cárceles, los centros como Maranga, se convierten en escuelas del crimen.
Mientras el Poder Judicial indica que el motivo frecuente de ingresos a centros
correccionales es el robo, con más del 50%, teniendo Lima la mayor cantidad de
estos ingresos.
Por
su lado la Defensoría del Pueblo, indica que el 2010 se cometieron un millón de
delitos a nivel nacional, de esta en el 4% se vieron implicados menores de
edad, agregándose que hay un 16% de estos jóvenes que reinciden en el delito,
frente a todo esto se plantean propuestas como bajar la imputabilidad de 18 a
16 años, porque en el caso de Gringasho que está internado en maranguita, así
cumpla la mayoría de edad su pena lo mantendrá en el centro juvenil. A esto agregamos
la preocupante influencia de os maras, pandilla `provenientes de centro América,
que como iniciación exigen al postulante matar a alguien, hecho ya acontecido
en nuestra capital.
Ante
esta ola que va creciendo, otros piden reimplantar el servicio militar
obligatorio, pero ya es conocida la posición del Ejército: “Nosotros no somos
correccional de delincuentes”, por su lado el Perú es firmante del Convenio de
los Derechos del Niño, donde se especifica que a partir de los 18 años uno es
imputable, por lo que para modificar nuestras leyes deberíamos dejar de
pertenecer a este tratado, pero con consecuencias legales, es importante
indicar que a nivel nacional se tiene nueve centro juveniles, todos
sobrepoblados, infraestructuras deficientes
y poco personal, es decir el estado no invierte la suficiente cantidad
de fondos en mejorar estos lugares.
LOS MARANGUITAS PONEN EN RIESGO A LAS URBES
Al
asumir el mando presidencial Ollanta Humala, reunió al Consejo Nacional de
Seguridad Ciudadana, haciendo conocer que el mismo encabezaría esta lucha
contra el crimen, el congresista Renzo Reggiardo, es de la opinión de otorgar
al ejecutivo facultades para normar el tema y sobre bajar la imputabilidad
indica que la Comisión que él preside es de la idea de aplicar esta
modificación solo a delitos graves como homicidio calificado o parricidio
Una respuesta a estos delitos sería crear nuevos centros juveniles diferenciados con la seguridad correspondiente, o el funcionamiento de juzgados de menores especializados, pues los existentes atienden otros problemas como divorcios o similares. Una situación en caso de bajar a 16 años la imputabilidad las bandas buscarán a menores de menos edad para cometer las fechorías, se hacen algunos intentos por evitar que los muchachos entren en las pandillas con la implementación de campeonatos de fulbito, talleres de música o microempresas donde el joven descubra sus potenciales.
Alguna vez escuche: “un deportista mas es un drogadicto menos” es decir de darse la modificación se debe reprimir el delito, pero al mismo tiempo prevenir con actividades educativas y laborales, donde no sólo se atienda al menor infractor para corregirlo sino también a la familia.
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