lunes, 30 de julio de 2012


DOMINO FUJIMORISTA

La lucha contra Sendero Luminoso entre 1980 y 1992, significo la muerte de culpables e inocentes, en un acto fratricida de peruanos contra peruanos, esto por el total desconocimiento por parte del gobierno sobre cómo enfrentar a un enemigo que se infiltraba entre la población, podía ser paisano, quien era un informante o quizá tenía una arma debajo del poncho.

Como parte de la solución y hallar a los culpables, se implemento una política de inteligencia, que según las investigaciones incluía asesinatos selectivos sin juicio de por medio; en esa labor  se destacó el Grupo Colina, conformado por efectivos militares bajo la supervisión del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que dirigía en la práctica Vladimiro Montesinos, su primera aparición en público  fue en noviembre de 1991 en Barrios Altos, muy cerca de una comisaría, donde según tenían información los subversivos se realizarían una actividad pro fondos; allí en pocos segundos se produjo una masacre, el error estuvo que allí había dos reuniones sociales al mismo tiempo.

Estos asesinatos despertó la indignación, pues se veía claramente la mano de las fuerzas del orden pues se usaron carros oficiales y armas asignadas a fuerzas especiales, sin embargo por la impunidad no se investigó nada, es más se desmintió en todo los idiomas, al año siguiente este destacamento que infiltró personal al interior de la Universidad La Cantuta, detuvo a nueve estudiantes y un profesor por ser presuntamente terroristas, les dio muerte, similar labor de asesinato selectivo lo hicieron en Santa (Ancash) y en Huacho con un periodista.
LOS ASESINOS DEL ESTADO

Todo esto genero la detención de los integrantes de este grupo, luego que el Congresista Henry Pease recibiera un sobre anónimo, el cual contenía información sobre el lugar donde estaba los cuerpos de los integrantes de la Universidad, se realizó un juicio que solo fue una representación teatral, al final se les condenó a prisión, siendo internados en el cuartel Bolívar, donde tenían la libertad necesaria.

Con el poder fujimorista en pleno, entre gallos y media noche se aprobó una ley de amnistía que beneficiaba a todos aquellos militares que cometieron excesos durante la lucha antisubversiva, juntando en el mismo saco a oficiales como Jaime Salinas Sedo  (intento de golpe del 13 de noviembre del 92)  y a Martin Rivas, Pichilingue y Sosa (Grupo Colina). Con los nuevos aires democráticos, esta afrenta de ley, fue derogada, ordenándose un nuevo juicio y captura de implicados en delitos contra los derechos humanos, para realizar un verdadero acto de justicia.

Los fantasmas de Colina, hoy vuelven a asustar a todos pues la Sala Suprema que preside Javier Villa Stein, decidió rebajar las penas a todos estos Rivas y Compañía, pues los abogados como es costumbre apelaron la sentencia inicial, esto ha generado una ola de reacciones contrarias pues es premiar a aquellos efectivos con delitos de lesa humanidad, el magistrado ha defendido el fallo dado, indicando que solo se hizo un estudio legal, obviando que cada resolución sienta un precedente, siendo visto  por la población como un retroceso en la lucha antisubversiva.
VILLA STEIN...DEFENSOR DE LA LA JUSTICIA
¿Cuál puede ser las consecuencias de premiar a Los Colina con la rebaja de la pena? Tal como sucede  con las operaciones algebraicas, un signo y un número pude variar  el resultado de todo o como los juegos de dominó la caída de una ficha provoca la caída del conjunto de todas, pues ahora Fujimori, Hermosa Ríos, Vladimiro, que ya están sentenciados también pueden apelar  porque ellos eran considerados los responsables de manejar al personal militar, por lo tanto una rebajita de pena sería lo justo. Algunos se preguntan si la Sala Suprema del Poder Judicial están pagando algunos favores a Montesinos y Fujimori. Toda una jugada maestra.

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