miércoles, 19 de septiembre de 2012


VOCES DEL MÁS ALLA

Los muertos que nos dejó la lucha contra Sendero Luminoso aun en gran mayoría no pueden descansar en paz por muchas razones, en primer lugar la desidia gubernamental y el cariz político con lo que se toma el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), donde se refleja la forma muchas veces inhumanas en al actuaron  las fuerzas del orden y los terroristas.

Según este documento se estima que desaparecieron entre 13 mil y 15 mil personas, al inició se conoció cuatro mil 414 casos de desaparecidos, atribuidos a agentes estatales, a esto se agrega 8,500 más afectados por informes de la Defensoría del Pueblo y posteriormente unos tres mil más por datos de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, muchos de las víctimas se produjeron en zonas de emergencia como Ayacucho y sierra sur, que mantuvo en jaque al país durante 20 años.

En el informe de la CVR se propone un Plan Nacional de Investigaciones Antropológica-Forense, pero la falta de consenso sobre cifras hace que este no se ejecute por parte del gobierno, recordando que ya vamos tres periodos presidenciales, ni siquiera la sugerencia del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) de implementar una Oficina de Persona Desaparecidas se ha tomado en cuenta.
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De los 15 mil desaparecidos, solo un 6% de las víctimas han sido plenamente identificados, incluso ni la dictadura de Augusto Pinochet entre 1973 y 1990 tuvo tantos desparecidos, porque la comisión investigadora que se formo al respecto durante la gestión de Patricio Alwyn, reportó dos mil 279 muertos o detenidos –desaparecidos, además en este tema solo nos supera Guatemala con aproximadamente con 45 mil víctimas.

Al desaparecer o ser secuestrado una persona, las consecuencias psicológicas son devastadores, pues en primer lugar existe la confianza de encontrar al familiar en alguna dependencia policial o militar, pero al no tener resultado, se empieza con una busca agotadora donde se trata de recordar cualquier detalle y la desesperación se siembra en los afectados; para la representante  del Comité Internacional de Cruz Roja, más que una reparación civil la familia desea encontrar el cuerpo para darle cristiana sepultura, este drama lo viven muchas familias ayacuchanas.

La ausencia forzada de muchas personas, sobre todo en nuestra sierra y selva, se encuentra en el ámbito de Convenio Internacional de la Naciones Unidas para la Persona Protección de la Persona contra las Desapariciones Forzadas, del cual  es suscriptor el gobierno peruano, aun no lo ratifica,  a esto le agregamos que este delito no prescribe, por eso muchos dictadores han sido procesados por el Tribunal Penal Internacional, acusados de genocidio y aquí en el Perú Abimael Guzmán y Alberto Fujimori también están recluidos por ese delito.

El informe de la CVR, sobre las víctimas de 20 años de lucha contra Sendero Luminoso y el MRTA, cumplió este mes nueve años de su presentación, sin embargo lo único realizado hasta el momento, son tímidos intentos de cumplir las sugerencias, controvertido en sus raíces, puesto que a los comisionados se les acuso de tener un filiación izquierdista, por lo que se buscaría desprestigiar a las fuerzas de orden, otros lo toman más reflexivamente. Quizá el punto más importante  relacionado con el asunto es el Lugar de la memoria, donde estarían todos los nombre de víctimas, sean policías, militares o civiles, para algunos es bueno para otros es negativo.
SALOMON LERNER, PRESIDENTE DE LA CVR

Lo importante es que si se busca terminar con la diferencias y unir al Perú en una verdadera inclusión social, se debe tomar en serio este documento e implementar un plan de trabajo   donde se sancione al infractor, pues miles hermanos del ande y de la selva claman justicia para su familiar desparecido, los 15 mil peruanos, no pueden seguir siendo solo voces del mas allá.

 

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