MONOPOLIO
DE PELICULA
Si
hablamos de cine, los mayores de 20 años evocaremos los cines de barrio, aquellos muy cercanos a casa y las
grandes salas donde se iba a gozar de una película de estreno, que yo recordé
el listín de films se publicaba en las
últimas páginas de los diarios a hoja completa y con horarios fijos, matinée (3.30
pm), vermouth (7.45 pm) y noche (10 pm).
En
la ciudad donde viví teníamos tres cines, cada una se especializaba en un
género, karatecas, western o de acción, por supuesto a veces los domingos los
niños disfrutábamos de cine casi gratis con matinales (11 am), la variedad aquí
en la capital para escoger el tipo de película es vasta y claro si uno iba con sus padres o hermanos
mayores después venía el rico helado.
Los
años 80, nos trajo la violencia senderista, el
miedo comenzó a apoderarse de los
espectadores, la afluencia a los cines empezó a reducirse por lo tanto
empezaron a cerrar por no ser rentables, varios de los que sobrevivieron
optaron por pasar películas pornográficas, mientras otros locales, se
convirtieron en templos religiosos, mi memoria me llave a los cine Real 1 y 2, ubicados en el Centro Comercial Camino
Real, hoy cerrados a la magia del
ecran.
Con
el tiempo los cines sobrevivientes “decentes”, se subdividieron en varias
salas, para recuperar a los cinéfilos, dando algún resultado, allí entraron las
primeras cadenas como cineplanet, modificando las estructuras de los locales,
pues ahora se tenían seis salas con equipos modernos (pantalla, sonido,
butacas); sin embargo la oferta de nuevas películas se drásticamente, además
uno podía ir al cine a la hora que deseaba pues las funciones comenzaban desde
las 3 de la tarde y se iniciaba cada dos
horas.
Con
todo esto, también nació la piratería ante los precios y la imposibilidad de
asistir al cine era más práctico era comprar copias de películas (sin calidad
garantizada) o alquilar en algún local y verlo con la tranquilidad en casa,
comiendo canchita y tomando gaseosa, junto
a la familia que sacando cálculos es mucho más barato que ir al mismo
cine.
Sin
embargo los inversionistas no dan puntada sin hilo, pues no solo recuperaban
los locales, sino que también levantaron nuevos cines en todo el Perú, pero
aquel que asiste a una función está obligado a consumir solo lo que se vende al
interior del establecimiento a precios
exorbitantes, estando prohibido ingresar gaseosas o cualquier otro producto del
exterior, es decir se legalizó un monopolio.
Se
conoce que en Estados Unidos, un asistente aun cine, puso una queja por este
abuso comercial, por qué en términos generales, los precios de los productos al
interior suben cuando es día de estreno, por ejemplo en un cine en la capital,
el precio de cuatro entradas fue de 70 soles; sin embargo el precio de un combo
de pop corn y gaseosa fue de 85soles (día de estreno), cuando la semana pasada
se pago la mitad de precio por el mismo producto.
¿Qué
tanto está permitido este monopolio? Al respecto la ley no regula los precios,
solo especifica que los establecimientos deberán exponer su lista de precios antes
de ingresar a la sala misma, pero según algunos espectadores, los cines que
cumplen con la norma tienen una pantalla digital donde se ve los precios por
cinco segundo y de allí cambia a otro
producto. La ley de leyes en el Perú, la constitución política, prohíbe todo
tipo de monopolio como la telefonía, el transporte y por qué no incluir en este
rubro al cine.